EDAD ANTIGUA
Las colonizaciones Orientales y Tartessos
Ya en la Edad del
Hierro , con la llegada de pueblos colonizadores se desarrolló en
Andalucía la importante
civilización de Tartessos.
A partir del siglo X
a.d.C, los fenicios de Tiro ejerciendo la hegemonía sobre el resto
de ciudades fenicias. En torno al siglo IX, se produjo un proceso
colonizador con al creación de varias colonias y factorías en
territorio peninsular, entre ellas Malaka (Malaka), Gadir (Cádiz),
Abdera (Adra) o Sexi (Almuñecar) entre otras. Estos colonizadores
usaron el territorio andaluz para obtener distintos recursos, y por
su importancia estratégica como paso entre el Mediterráneo y el
Atlántico. La hegemonía comercial de Tiro duró hasta el 573 a.d.C,
cuando calló en manos de Nabucodonosol, rey de Babilonia, con la
caída de Tiro el comercio entre Tartessos y Fenicia quedó
bloqueado.
Al parecer,
Tartessos también mantenía intercambios comerciales con los griegos
focenses que eran sus aliados. Sin embargo, tras la batalla de
Alalia, el comercio focense también quedó bloqueado por los
cartagineses o púnicos, quienes hacia el año 500 a.d.C , relevaron
definitivamente a los fenicios en el comercio Mediterráneo,
controlando el estrecho de Gibraltar y haciendo inaccesible la
penetración d ellos otros pueblos hacia el Atlántico.
Por todo lo anterior puede decirse que la civilización de Tartessos se desarrolló simultáneamente a las culturas del Argal y la de los Millares hasta el siglo VI a.d.C, cuando se produjo un colapso. Tartessos se extendió por la mayor parte del territorio andaluz, el Argarve y parte de la región de Murcia, aunque su eje principal se desarrolló en el triángulo formado por las ciudades de Huelva, Cádiz y Sevilla.
Su actividad más significativa fue la minera y metalurgia (oro, plata, hierro y cobre), aunque también se practicó la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio marítimo, donde era punto estratégico entre las rutas del Mediterráneo y el Atlántico, clave para el comercio con el estaño de las islas británicas.
Según la cronología de los restos arqueológicos, Tartessos surgió de la aculturación de la población indígena por la influencia de los colonizadores fenicios, cuyo alfabeto es la base de la escritura del idoma tartéssico. La cerámica y el culto a los dioses orientales también parecen indicarlo, como dan muestra el tesoro del Carambolo o el templo de Melkart en Cádiz. El contacto con los griegos y los etruscos produjo una importante aculturación en el ámbito de las civilizaciones más importantes del Mediterráneo, convirtiéndose en la priemera gran civilización existente en la península ibérica.
Trás la caída de Tartessos, el territorio de la actual Andalucía quedó bajo el control cartaginéses. Sin embargo como heredera de su cultura surgió la Turdetania, región poblado por los turdetanos, un pueblo íbero.
Paralelamente a los turdetanos habitaron otros pueblos indígenas: bastetanos, oletanos o túrdulos. El creciente ascenso de Roma hizo que tras las guerras públicas, los cartagineses fuesen expulsados por los romanos de la península Ibérica.
Por todo lo anterior puede decirse que la civilización de Tartessos se desarrolló simultáneamente a las culturas del Argal y la de los Millares hasta el siglo VI a.d.C, cuando se produjo un colapso. Tartessos se extendió por la mayor parte del territorio andaluz, el Argarve y parte de la región de Murcia, aunque su eje principal se desarrolló en el triángulo formado por las ciudades de Huelva, Cádiz y Sevilla.
Su actividad más significativa fue la minera y metalurgia (oro, plata, hierro y cobre), aunque también se practicó la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio marítimo, donde era punto estratégico entre las rutas del Mediterráneo y el Atlántico, clave para el comercio con el estaño de las islas británicas.
Según la cronología de los restos arqueológicos, Tartessos surgió de la aculturación de la población indígena por la influencia de los colonizadores fenicios, cuyo alfabeto es la base de la escritura del idoma tartéssico. La cerámica y el culto a los dioses orientales también parecen indicarlo, como dan muestra el tesoro del Carambolo o el templo de Melkart en Cádiz. El contacto con los griegos y los etruscos produjo una importante aculturación en el ámbito de las civilizaciones más importantes del Mediterráneo, convirtiéndose en la priemera gran civilización existente en la península ibérica.
Trás la caída de Tartessos, el territorio de la actual Andalucía quedó bajo el control cartaginéses. Sin embargo como heredera de su cultura surgió la Turdetania, región poblado por los turdetanos, un pueblo íbero.
Paralelamente a los turdetanos habitaron otros pueblos indígenas: bastetanos, oletanos o túrdulos. El creciente ascenso de Roma hizo que tras las guerras públicas, los cartagineses fuesen expulsados por los romanos de la península Ibérica.
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