jueves, 2 de febrero de 2017

RUINAS DE BAELO CLAUDIA (repetición)


 RUINAS DE BAELO CLAUDIA

 El Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia esta localizado en el término municipal de Tarifa,Cádiz, el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, declarado Monumento Histórico Nacional, es una ciudad-factoría romana que sorprende por su estado de conservación. Fue importante en la época por sus conservas y salazones, origen de la salsa denominada garum, que era exportada a todo el imperio.En el siglo III d.C. le afectó trágicamente un terremoto. 




Cuando, en 1917, comenzaron a realizarse las primeras excavaciones en la zona de Bolonia, los investigadores encontraron los restos de una ciudad próspera, construida según los cánones clásicos de Roma, conforme a un proyecto urbanístico perfectamente planificado y racional.
 Con el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, la provincia de Cádiz conserva una de las mejores muestras del urbanismo romano que se conocen. Algunos edificios son de la época de Augusto, si bien la mayor parte fue construida bajo el mandato de Claudio. Parece ser que el centro monumental, donde se sitúa el foro y todos los edificios necesarios para la organización administrativa, fue construido de una sola vez, siguiendo un eje perpendicular a la orilla del mar.

 



El estudio de sus restos arquitectónicos muestra su origen romano a finales del siglo II a.C, observándose ya desde esa época una gran riqueza que la convierte en un centro económico importante dentro del área del Mediterráneo.

 

La ciudad nace a finales del siglo II a.C. sobre un asentamiento fenicio-púnico más antiguo (Bailo, Baelokun), y su existencia está muy relacionada con el comercio con el norte de África (era el principal puerto marítimo que enlazaba con la ciudad de Tánger en Marruecos). Es posible que Baelo Claudia tuviera algunas funciones de centro administrativo, pero la pesca, la industria de salazón y el garum (una salsa derivada del mismo) fueron las principales fuentes de riqueza.2 El emperador romano Claudio le concedió el rango de municipium (municipio romano).



La vida de estas poblaciones alcanzó pleno esplendor entre los siglos siglo I a. C. y siglo II d. C., iniciándose su decadencia a partir de segunda mitad del siglo II, cuando un gran maremoto arrasó gran parte de la ciudad. A sus desastrosos efectos se sumaron la crisis del siglo III y las incursiones de hordas de piratas, fundamentalmente mauritanos y germanos. Aunque experimentó un ligero rebrote en el siglo III, la ciudad fue abandonada definitivamente en el siglo VII.Era esta una ciudad portuaria dedicada principalmente a la pesca y a la salazón de atunes, así como a la producción de "garum". Estas actividades tenían lugar durante los meses de verano y atraían a la ciudad a numerosos trabajadores temporeros, hecho que determina en parte las características de algunos de sus edificios.








 
Factoría de salazones de pescado y salsa «garum».


 



 

  

Escultura de dama romana expuesta en el museo.


 




 


Capitel romano expuesto en el museo.

















Basílica.








El yacimiento arqueológico:  Maqueta de la ciudad romana de Baelo Claudia expuesta en el Museo.


La figura de Jorge Bonsor es clave en la recuperación del yacimiento.
En su trazado urbano se distinguen las dos vías principales clásicas de la ciudad romana: el decumanus maximus, que la recorría de Este a Oeste y en cuyos extremos se situaban las puertas de entrada a la ciudad, y el cardo maximus, que la cruza en ángulo recto y por tanto en dirección norte a sur.

En el encuentro de estas dos calles principales se situaba el foro o plaza principal, cuyo pavimento actual es el original de losas de Tarifa conservado desde el siglo I, y a cuyo alrededor se distribuían los principales edificios públicos. Era esta una plaza descubierta con pórticos en tres de sus lados, desde uno de los cuales se accedía a tres de ellos: el templo del emperador, la curia, y otro que servía de sala de reuniones. El edificio principal, situado al fondo es la basílica, destinado a diversos fines y especialmente a sede de los tribunales de justicia; y en el lado izquierdo existían unas pequeñas construcciones rectangulares hechas con piedras: las tiendas o tabernaes.

En el yacimiento se conservan los elementos más representativos que constituían la esencia de una ciudad romana.







El abastecimiento de agua de la ciudad se realizaba por medio de cuatro acueductos.5 También puede apreciarse la zona industrial con restos de las instalaciones para la fabricación del garum, calles, acueductos, restos del sistema de alcantarillado, etc. En ningún otro yacimiento romano de la Península Ibérica es posible extraer tras la visita una visión tan completa del urbanismo romano como en Baelo Claudia. En esto radica su principal interés, destacado también por el espectacular paisaje que rodea a la ciudad.




Para que te sitúes, esta villa costera ya existía en la época de los fenincios y los romanos aprovecharon el asentamiento para instalar factorias de productos del mar y establecer una pequeña colonia que fue creciendo progresivamente. Hablamos del siglo II antes de Cristo.
La vida de esta ciudad se desarrollo hasta hun momento impreciso de los siglos VI-VII d.C después de Cristo. Era un puerto base ideal para conectar con la vecina Tingis, en el actual Tanger y además tenía una importante producción de salazones, pesca y la famosa salsa Garum, muy apreciada en Roma.

Poco a poco, el constante avance de los piratas mauritanos, crisis de producción y algunas catástrofes naturales terminaron con esta ciudad cuya grandeza hoy solo podemos atisbar.




 
Baelo Claudia es un lugar singular por la belleza natural del entorno y por la abundancia de elementos urbanísticos romanos que es difícil encontrar juntos en otros yacimientos.

Prácticamente podrás ver todos los elementos típicos de una ciudad romana media: las vías, el foro, los templos a los dioses, la Curia, los Tribunales…
Verás también tiendas, tabernas, viviendas, acueducto,alcantarillas y un mercado, así como los interesantes restos de la industria local en forma de piscinas en las que se trabajaba con los productos del mar. Merece la pena comentar que hay tres importantes templos idénticos dedicados a los principales dioses del panteón romano: Júpiter, Juno y Minerva, también conocidos como la Tríada Capitolina, además de un templo dedicado a la diosa Isis.




Mención especial merece el TEATRO: 
En el sector occidental de la ciudad y contiguo a la muralla, el teatro romano de Baelo Claudia es una construcción de mediados del siglo I cuya estructura es, incluso hoy, perfectamente reconocible.Fue edificado aprovechando una leve ondulación del terreno que resultaba del todo propicia para la adaptación del un graderío o “cavea”, el cual, quedaba dividido en tres sectores bien diferenciados para albergar a los espectadores según su clase social. Dicha circunstancia justifica la cantidad de ingresos con que fue dotado, todos ellos planteados a modo de pasadizos abovedados.Contaba además con varias fuentes monumentales dispuestas entre la “scena” y la “orchesta” cuyas aguas, provenían de un aljibe horadado junto al sector oeste del graderío.




URBANISMO: 
A partir de los restos que han ido progresivamente viendo la luz, puede extraerse que, si bien no debió ser nunca una plaza excesivamente hegemónica desde el punto de vista político, si fue planificada siguiendo rigurosamente los esquemas básicos del urbanismo romano; disponiéndose, cercado por una muralla, un trazado ortogonal de perímetro algo irregular que quedaba articulado a partir de dos vías principales perpendiculares entre sí (cardo máximo y decumano máximo), en torno a las cuales, se distribuían las principales dotaciones tanto de carácter público (foro, templos, basílica, curia, teatro, mercado, baños), como de carácter privado (viviendas, tiendas y pequeñas industrias), todo ello saneado con una funcional infraestructura de abastecimiento y alcantarillado.De pos restos del pozo, del altar y del resto de dependencias destinadas a la celebración de los cultos isiacos.


MERCADO:Contiguo a la basílica y asomando igualmente al decumano máximo, fue construido para albergar en un espacio unificado la actividad comercial de la ciudad una vez fue desplazada del foro principal.Presentaba en origen dos niveles, estructurándose el inferior a partir de un espacio central rectangular de extremos ochavados en torno al cual, se abrían, separados por pilares, un total de diez pequeñas tiendas.Las distintas excavaciones han sacado a la luz parte de las fábricas, siendo perfectamente reconocibles tanto las estancias de manipulación y preparado de materia prima, como las piletas en las que se depositaba el producto.




FORO: 
En el punto de intersección de los dos principales viales de la ciudad se emplazaba el foro, un amplio espacio abierto en torno al cual, se levantaban los principales edificios públicos y administrativos de la urbe. De planta rectangular, quedaba delimitado al norte por el Capitolio y al sur por la basílica; mientras que en los costados laterales porticados, los edificios oficiales como la curia irían desplazando a posiciones más periféricas las distintas tiendas que, en un primer momento, allí se dispondrían. .

  

TEMPLOS:Delimitando el foro en su costado septentrional se levantaban, en posición dominante, tres templos gemelos tetrástilos dedicados las deidades que constituían la Triada Capitolina: Jupiter, Juno y Minerva. Contaba cada uno de ellos con su propio acceso independiente a través de gradas que, salvando el desnivel, comunicaban con el pórtico que precedía la cella o morada de la divinidad.Junto a ellos, en el ángulo noroccidental del foro, se erigía un cuarto templo de mayores dimensiones que, a juzgar por una serie de inscripciones aparecidas en el entorno, estaría dedicado a la diosa egipcia Isis. Quedaba igualmente destacado sobre un amplio basamento al que se accedía por una amplia escalinata, tras la cual, un muro perimetral delimitaba un patio rodeado de columnas en cuyo espacio central, se elevaba la cella.En torno al templo, son aún perceptibles los restos del pozo, del altar y del resto de dependencias destinadas a la celebración de los cultos isiacos.



NECRÓPOLIS:
Las distintas excavaciones han podido constatar la existencia en Baelo Claudia de, al menos, tres espacios cementeriales a extramuros: dos de ellos flanqueando las vías hacia Gades y Carteia, y una tercera al norte del núcleo urbano.En todas ellas se adivinan desde humildes enterramientos individualizados a base de pequeñas piezas monolíticas labradas o lisas llamadas “betilos”, hasta suntuosos mausoleos arquitectónicos de una o dos cámaras.


BAÑOS: 
Al pie del decumano y junto a la puerta de Gades, se conserva un edificio de termas que, muy probablemente a juzgar por sus proporciones en comparación al desarrollo de la ciudad, no sería ni el único ni el más importante con que contaría la urbe.Constaría de tres ambientes bien diferenciados para el disfrute del ciudadano: una sala caliente o “caldarium” cuya temperatura se regulaba a partir de un horno, una sala templada o “tepidarium”, y una sala fría o “frigidarium” con dos piscinas; una apta para la inmersión, y una segunda menos profunda para aspersiones, la cual, fue dispuesta en un espacio semicircular a modo de exedra.


ÁREA INDUSTRIAL: 
La principal fuente de riqueza que permitió el rápido desarrollo de la ciudad de Baelo Claudia fue la pesca, desarrollándose en sus factorías artesanales, situadas en la zona sur de la ciudad junto al mar, una floreciente industria conservera que abastecía de “garum” y pescado en salazón a buena parte del Imperio occidental, incluida la metrópoli.Las distintas excavaciones han sacado a la luz parte de las fábricas, siendo perfectamente reconocibles tanto las estancias de manipulación y preparado de materia prima, como las piletas en las que se depositaba el producto a la espera de ser enviado a su destino en ánforas herméticamente cerradas.


 
BASÍLICA: 
Al sur del foro y junto al decumano máximo, la basílica fue, sin duda, el centro neurálgico de la actividad civil y comercial de Baelo Claudia.De planta rectangular, constaría de dos plantas articuladas en torno a un espacio central rodeado de columnas; de orden compuesto las del nivel superior, y jónicas las del piso bajo, situándose en éste último una estatua del emperador Trajano que, a partir del siglo II en que fue colocada, presidiría los consejos allí celebrados.Al interior, paredes y soportes estarían en origen profusamente decorados con estucos y pintuas morales.

 
VIVIENDAS: 
Mientras que los operarios de las fábricas residirían en modestos condominios en áreas urbanas periféricas, las clases más acomodadas, enriquecidas gracias a la actividad industrial y comercial, hicieron levantar sus “domus” en el sector sur de la urbe, no lejos de las fábricas.Estas domus se estructurarían en torno a un patio central porticado al cual, abrirían las diferentes estancias, la mayoría de ellas enriquecidas en sus muros con estucos reproduciendo formas geométricas y vegetales.


 
OBRAS PÚBLICAS: 
Pese a la aridez del entorno y a su particular emplazamiento en la misma orilla del mar, Baelo Claudia contó con un moderno sistema de abastecimiento basado en tres acueductos que, desde los manantiales que brotaban de las sierras adyacentes, nutrían de agua a la ciudad; quedando almacenada en una gran cisterna ubicada al norte del conjunto urbano, y que discurría perfectamente canalizada a través de un complejo entramado de conducciones y desagües.


  




Restos muebles y ornamentales

Son numerosas las piezas que, a partir de los numerosos estudios y campañas de excavaciones de las que ha sido objeto conjunto, han ido progresivamente viendo la luz. De todas ellas, la más llamativa por su simbolismo y por sus proporciones es la estatua marmórea del emperador Trajano que presidía la basílica mayor.
Igualmente, en las inmediaciones del foro, han aparecido diversas representaciones divinas entre las que destaca una pequeña representación de Júpiter en bronce, y varias placas votivas de la diosa Isis.
Del teatro han podido ser rescatados dos magníficos silenos recostados que, probablemente, formarían parte de las fuentes monumentales que se dispondrían entre la “orchesta” y la “scena”.
De sobresaliente relevancia fue el hallazgo, junto a los restos de los pórticos en torno al foro, de un ara gracias al cual, merced a una inscripción perfectamente legible, se ha podido confirmar el rango de municipio con que fue distinguido el asentamiento.
Por último, conviene mencionar además de los numerosos fragmentos de soportes y capiteles que han ido apareciendo en distintas áreas urbanas, la buena colección de ánforas 
destinadas al almacenaje y transporte de los derivados del pescado que han sido recuperadas, algunas de ellas intactas, en la zona industrial de la ciudad.


 













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