martes, 4 de abril de 2017


EL GÓTICO EN ANDALUCÍA



El gótico es el último estilo artístico de la Edad Media, posterior al románico y predecesor del Renacimiento se extendió entre los siglos XII Y XV, cuando Europa estaba azotada por pestes, guerras y crisis económicas. Bajo la dirección de la iglesia se edificaron grandes catedrales provistas de coloridas vidrieras y llenas de luz y monumentalidad.



Mientras esto ocurrió en Europa durante los arbores del arte gótico en Andalcía, se produjo una nueva situación política entre cristianos y musulmanes. La Reconquista había dado a los castellanos las tierras de Huelva, Sevilla, Jaén y Córdoba, cuando al mismo tiempo se había consolidado el reino Nazarí de Granada. En este contexto, el arte gótico penetró en Andalucía.



En el siglo XIII y en plena Reconquista, la Andalucía católica imitó las modas arquitectónicas de Europa. El protogótico irrumpió con originalidad, todavía enlazado al románico y a influencias mudéjar. Su implantación se extendió por las tierras del valle del Guadalquivir, como en la provincia de Sevilla, donde se hicieron varias iglesias de estructura gótica y con elementos mudéjar, mientras que en esculturas destacó la Virgen de los Reyes, que se encuentra hoy en la catedral de Sevilla.

Así mismo en Córdoba se edificaron templos cristianos con un ligero toque gótico como la Iglesia de San Lorenzo o la Iglesia de Santa Marina de Agua Santas. Ambas obras combinan los estilos pragmáticos mudéjares y tardoromanos. En Jeŕez de la Frontera quedó testimonio de la Iglesia de Santo Domingo de 1266.

Entre las construcciones civiles del siglo XIII destacan las atarazanas reales de Sevilla, un inmenso astillero medieval de estilo gótico y mudéjar levantado en Ladrillo y la torre hispalense de Don Fabrique, una estructura defensiva que aunó la arquitectura gótica con la románica tardía.



Tras esta primera irrupción, el arte gótico se expandió por las tierras cristianas de Andalucía durante el siglo XVI. Se levantaron grandes templos, conservando algunos elementos andalusíes. La imaginería también gozó de gran impulso gracias a retablos y esculturas.

En la provincia de Sevilla aparecieron templos, como la Iglesia de Santa María en Estepa. También en la capital se eligieron edificios de estilo gótico-mudéjar, como la Iglesia de San Isidoro, la Iglesia de Santa Lucía o la Iglesia de San Esteban. 


En la Sierra Onubense se construyeron iglesias góticas, así como el monasterio de la Rábida en Palos de la Frontera o el Monasterio de Santa Clara en Moger.

En Cádiz irrumpió con fuerza el estilo gótico mudéjar desde San Lucas de Barrameda hasta el Puerto de Santa María pasando por Jeréz de la Frontera. En la provincia de Jaén también apareció esta arquitectura en localidades como Úbeda, Baeza, Andújar o Linares, destacando la Ilgesia de San Nicolás de Bari en Úbeda.   


 
Los siglos XIII y XIV fueron los comienzos del arte gótico en Andalucía. Al comienzo, esta nueva orden arquitectónica se fundió con edificios románicos y después llegó el momento de asociarse al arte mudéjar y enriquecerse con las influencias orientales. 

En resumen, en estos dos primeros siglos, el gótico andaluz fue diverso y original, un arte que paulatinamente se abriría paso hacia la pureza y el esplendor de sus más colápsales monumentos. A la cabeza de estas grandes construcciones está la catedral de Sevilla, el templo gótico más grande de Europa con 116 metros de longitud y 76 metros de anchura que comienzan a construirse a principio del siglo y cuyas obras duran hasta el siglo siguiente.

En Jerez el gótico culmina con notables construcciones, como San Miguel, Santiago y sobre todo la Cartuja de la defesión, el principal templo de la época, donde el gótico evoluciona al Renacimiento. En Úbeda destaca la colegiata de Santa María de los Reales Alcázares. En Baeza se inicia la catedral. En este siglo se construye o reforman numerosos castillos como el alcázar de los Reyes cristianos de Córdoba. También el castillo de la Yedra en Cazorla y en el de Porcuna del que perdura la Torre de Boabdil.


En el siglo XV se construyen muchos y relevantes retablos góticos. El más importante es el inmenso retablo mayor de la catedral de Sevilla o la del artista flamenco P.Dancart. Otro ejemplo sería el retablo de Santa María en Arjona. En pintura son evidentes las evidencias italianas y flamencas como en el caso del mural de la iglesia de Santa María de Arcos de la Frontera. Pese a la pérdida de gran parte de los murales , aún se conservan gran parte de las pinturas góticas de Andalucía en el monasterio de San Isodoro del Campo en Santiponcio. Igualmente destaca “La Anunciación” de la catedral de Córdoba.


El apogeo del gótico en Andalucía se extiende a la orfebrería, que deja obras como La Custodia de Enrique Arfe en la catedral de Córdoba.
 
En cuanto a las últimas manifestaciones del gótico, vemos como en toda Andalucía pero sobretodo en las comarcas que pertenecen al reino Nazarí, se desarrolla un gótico tardío de decoración muy rica en los últimos años del siglo XV y las dos primeras décadas del siguiente. Es el apogeo del gótico isabelino. 
En Granada resulta decisiva la labor de Enrique Egas, cuya obra máxima es la Capilla Real, con el sepulcro de los reyes católicos y también en la portada de Santa Isabel la Real. No faltan en Granada iglesias de estructura gótica pero con alminares árabes como el de San José o la iglesia de San Juan de los Reyes. En Guadix la iglesia de Santiago es un ejemplo de gótico mudéjar y la catedral se iniciará en estilo gótico para seguir en pleno renacimiento. En Almería se inicia un estilo gótico la catedral y a la alcazaba se le suma un castillo gótico. En Málaga el estilo isabelino ofrece la portada del sagrario y la iglesia de San Francisco en Ronda.
En Cádiz está presente en el puerto de Santa María, en su iglesia mayor y en el palacio de Jabalquinto de Baeza encontramos una de las mejores portadas de este estilo de toda España.

A partir de 1520, la introducción del Renacimiento relega al gótico en la arquitectura y pinturas andaluzas.

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