martes, 28 de marzo de 2017


ARTE MUDEJAR

Mudéjar es el término que designa en territorio conquistado por los cristianos, durante el proceso de avance de los reinos cristianos hacia el sur denominado reconquista durante la tapa final de la Edad Media.

A estos musulmanes se les permitió seguir practicando el islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Se solían organizar en comunidades denominadas aljamas o morerías, con distintos grados de autogobierno, según las condiciones de rendición o de subordinación. Con el transcurso del tiempo las condiciones de convivencia y tolerancia hacia los musulmanes en las zonas cristianas se hicieron más duras, restringiéndose los contactos sociales y económicos entre comunidades.


En el caso de Andalucía, los musulmanes que permanecieran tras la conquista fueron una cantidad reducida, aunque una parte significativa se dedicaba a labores relacionadas con la construcción, donde se da un nuevo tipo de material, el ladrillo, y una nueva decoración superpuesta a elementos cristianos y musulmanes.

  Las estructuras arquitectónicas y los materiales son modestos pero se logra un gran realce mediante el trabajo ornamental del ladrillo, el yeso y la madera: ajedrezados, arcos ciegos, rombos, cruces cristianas, etc. El mudéjar supera una reacción nacional contra los estilos europeos que se estaban introduciendo. En el siglo XIII, los reyes cristianos van a comenzar a conocer la cultura islámica, y se va produciendo un alejamiento a los influjos europeos y un acercamiento a la vida musulmana.



La conquista de Andalucía dará un mudéjar más joven y con influencias directas de la arquitectura tradicional. Una figura de importancia en el mudéjar es el albañil (alarife), que utiliza el ladrillo, el yeso, la escayola, el mampuesto. Su situación de vencido lo transforma en mano de obra barata y en condiciones de construir lo que ordenen sus clientes, que serán iglesias, sinagogas, fortalezas, palacios, etc. Posteriormente, los cristianos irán aprendiendo esta tradición. 
Los principales ejemplos son los Reales Alcázares de Sevilla y las iglesias parroquiales de la zona de Córdoba y Sevilla, que combinan elementos de raíz andalusí con otros propios de la arquitectura románica y gótica. Más tarde, la catedral de Sevilla, el templo gótico más grande del mundo, marcó la pauta para otros edificios, como la iglesia de Santa María y la de las Covachas de San Lucas de Barrameda. En Granada son fundamentales la Capilla Real y la catedral.

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