*Cronología y periodo de la Edad de los Metales
La técnica de la fundición dse los metales surge a lo largo del V milenio a.d.C en la zona entre Iran y Anatolía (Turquía) y se extendió por todo el Mediterráneo hastqa llegar a la península Ibérica entre el 3000 y el 2500 a.d.C.
Contemporáneo el desarrollo de la fundación de los metales en Andalucía es la aparición de las primeras civilizaciones en Mesopotamia y Egipto. Por tanto mientras en Andalucía estamos en la prehistoria en el mediterráneo Oriental están entrando en la historia con la aparición de la escritura cuneiforme en Mesopotamia y geroglífica en Egipto.
Con los mertales también surgen nuevas actividades económicas, como el comercio que irán facilitando los contactos en el mediterráneo y la rápìda difusión de las innovaciones.
La utilización de los metales se conocía durante el Neolítico. En principio, la piedra de cobre se golpeaba para darle forma, después se fue calentando para facilitar la labor hasta llegar a la fundición, momento este en el que se establece el inicio de la edad de los metales.
Suele dividirse entre etapas, con el nombre del metal usado en cada momento. Esto no quiere decir que se abandonaron las técnicas antiguas de fabricación de herramientas. La Edad de los Metales hay que verla como una evolución natural que van a seguir los pueblos neolíticos, definiendo unas sociedades más complejas que nos llevarán al desarrollo de la civilización, de la escritura y de la historia.
Los periodos son la Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la Edad de Hierro. En este último, con la llegada de pueblos colonizadores se desarrollará la primera civilización peninsular (Tartessos)
*Innovaciones de la
Edad de los Metales
La utilización del
metal supuso un avance tecnológico que originó importantes
innovaciones que mejoran la producción agrícola y la fabricación
de utensilios, así como de armas para la caza y la guerra. Estos
cambios serán la especialización en el trabajo, la invención de la
rueda, la utilización de los animales para el transporte, el torno,
la mayor estratificación social, nuevas expresiones artísticas etc.
Con la aparición de
nuevas formas de elaborar herramientas y armas utilizando el metal,
se produce una especialización del trabajo, favorecida por el
excedente agrícola. La organización del trabajo va a originar las
primeras divisiones sociales y la división entre los distintos
grupos.
Unido a la invención
de la rueda, llegará la utilización de animales para el
transporte. Gracias a esto, se va a producir una mayor difusión de
las novedades tecnológicas y culturales.
La necesidad de
materia prima para la elaboración de utensilios provoca un
incremente del intercambio de productos, sobretodo por el
mediterráneo. Estos intercambios se dan en forma de trueque.
Unido a los cambios
en la división del trabajo y a la propiedad privada, comienzan a
distinguirse grupos sociales, observándose cambios relacionados con
la división social según la riqueza, y empiezan a configurarse las
sociedades urbanas que nos llevarán a las primeras civilizaciones.
Los cambios
culturales se van a centrar en las creencias religiosas y se verán
reflejados en las distintas formas en las que se van a realizar los
enterramientos. En el caso del megalitismo, los enterramientos en
fistas o vasijas en el caso del argar, o la incineración en el caso
de los campos de urnas. En todos ellos se deja ver una importante
creencia en la vida después de la muerte, por la gran cantidad de
ajuares funerarios que nos han llegado y que además han facilitado
el conocimiento de estas culturas.
*La cultura megalítica
El megalitísmo es
le primer ejemplo de arquitectura monumental que nos han dejado las
sociedades prehistóricas y que tiene su origen en el neolítico y su
máximo desarrollo durante la Edad del Cobre.
El concepto de
megalitísmo, etimológicamente significa “grandes piedras”, pero
se toma como la construcción de obras con grandes piedras
concretamente en la prehistoria y dentro del ámbito europeo se
concentrará en la Fachada Atlántica.
Aunque la
construcción de megalitosse incluye la Edad del Cobre, lo cierto, es
que tiene su origen en pleno neolítico. Entre los primeros ejemplos,
nos hemos encontrado con las construcciones más simples como los
menhires y los cromlech para llegar a los últimos ejemplos con las
tumbas corredor con cámara cubierta, falsa cúpula y oculta bajo un
túmulo. Así podemos decir
que las primeras construcciones datan de hace unos siete mil años.
La fase inicial del
magalitísmo del sur peninsular corresponde a un megalitísmo
prefunerario, o lo que es lo mismo, que no tiene función de
enterramiento. Los ejemplos de este momento son los menhires aislados
y los cromlech, encontrando los primeros en el área de Sierra
Morena.
Esta fase sólo se
ha reconocido recientemente y es obra de algunas sociedades
neolíticas que habitaron Andalucía, presuponen una sedentarización,
así como unas relaciones sociales complejas.
La dificultad en el
reconocimiento de esta fase esta en la reutilización posterior al
ser integrados en estructuras funerales como el dolmen de Soto en
Huelva.
Al final del quinto
milenio a.d.C, llegarán las construcciones megalíticas como lugares
de enterramiento.
Estos monumentos
estarán relacionados con el culto a los antepasados y al estar
formados por bloques de gran tamaño y varias toneladas de peso,
implican un esfuerzo colectivo para su transporte y colocación.
En Andalucía
destaca sobretodo el conjunto de monumentos megalíticos de Antequera
con los dólmenes de Menga, Romeral y Viera. Otro ejemplo lo tenemos
en el dólmen de Soto en Trigueros (Huelva).
LA CULTURA DE LOS
MILLARES
Se da entre el año
2500 y 1700 a.d.C y recibe el nombre del poblado de los Millares en
Gados (Almería) y se considera como la fase de la Edad del Cobre
(Calcolítico) de la cultura neolítica de Almería.
Su origen se debe,
bien a la llegada de nuevos pueblos navegantes del Mediterráneo
Ortiental, bien a pueblos colonizados que entraron en contacto con
los habitantes del sureste peninsular y que introduciera las técnicas
del fundido del cobre.
Y que introdujeron
las técnicas del fundido del cobre.
El poblado está
situado estratégicamente próximo a las minas de cobre de la sierra
de Gador en un promontorio en forma de espolón entre el río Andarax
y la rambla. Tiene una ciudadela interior amurallada y esta rodeado
por otras tres murallas reforzadas con torres de planta semicircular
y bastiones. Cuenta además con numerosas defensas exteriores en las
elevaciones cercanas, muchas de ellas fuertemente defendidas mediante
murallas concéntricas. Se cree que se usaban también para el
almacenamiento de cereales.
Se estima que podía
contar con una población de unas 1500 personas. La necrópolis de
unas dos estareas contiene cerca de unas cien tumbas, la mayoría
Tholois. Dentro de las murallas se encuentran un conjunto de
viviendas simples junta a un gran edificio con evidencias de
fundición de cobre. Las viviendas eran de planta circular con muros
de adobe y zócalos de piedra.
La necrópolis de
los Millares consta de unas cien tumbas y cada tumba con más de un
enterramiento, llegando incluso a albergar hasta cien cadáveres. La
mayor parte de estos enterramientos son inhumaciones, aunque hay
también incineraciones. A diferencia de los enterramientos
megalíticos (que estaban reservados para personajes importantes de
los distintos grupos sociales) en los Millares no se observa una
estratificación social ya que eran comunitarios.
En todas las tumbas
se observan diversos objetos funerarios, así como restos de ajuar o
como cerámica que nos han ayudado a entender como vivían los
habitantes de este poblado. La base de la economía de los Millares
era la agricultura del cereal de secano y de leguminosas, así como
la ganadería (ovejas, cabras y cerdos) pero la necesidad de materias
primas para la elaboración de herramientas de cobre hizo que se
desarrollase la minería (ya que la zona tenía importantes recursos
mineros de cobre) y el comercio. De ahí que las influencias de
culturas contemporáneas haga difícil delimitar una y otra (como las
culturas megalíticas y la del vaso campaniforme.
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