jueves, 16 de febrero de 2017

ANDALUCÍA MUSULMANA

En el año 711, los musulmanes del norte de África penetran en la Península Ibérica venciendo a los visigodos en la batalla de Guadalete. Así se inicia la historia de Al-Andalus, que terminará en 1492 con la conquista de Granada por los reyes católicos. Los más de siete siglos de permanencia de los musulmanes dejarán una profunda huella en la cultura hispánica.

El papel de Andalucía como foco de civilización tendrá su continuidad durante la etapa histórica de Al-Andaluz. En el año 711 aprovechando la debilidad de la monarquía visigótica los musulmanes cruzan el Estrecho de Gibraltar y ponen pie por primera vez en el continente europeo. Portadores de una avanzada cultura en contraste con el generalizado repliegue de la Edad Media convierte a Córdoba en la primera ciudad de Occidente.

Diversos momentos de los casi ocho siglos de dominación musulmana, y de forma sobresaliente el califato de Córdoba ,daban a Andalucía un gran resplandor que se ve favorecido por la convivencia de las tres grandes culturas del Mediterráneo: cristiana,árabe y la judía.

El legado andalusí pervive hoy en día en la lengua, en numerosas actividades económicas, en la música y sobretodo en el patrimonio artístico con monumentos internacionalmente conocidos como: la Mezquita de Córdoba, el Palacio de Medina Azahara o la Alhambra de Granada.


*CARACTERISTICAS DEL ARTE MUSULMAN

Los musulmanes crean ujn arte propio que se caracteriza por la fusión de rasgos clásicos, vizantinos, persas, cristianos y de cara a uno de los pueblos que dominaron logrando originales y bellas sintesis.

La ciudad fue el núcleo de la civilización islámica. Se sitúa en lugares extratégicos y su trazado es irregular, con calles estrechas, donde el corazón de la ciudad es la medina, un recinto amurallado en la que se ubicaban los edificios oficialews y de uso colectivo. La mezquita mayor o aljama, el palacio o alcazar, el zócalo o los baños. Las casas musulmanas son intimistas, con un patio interior y a penas huecos hacia la calle. Fuera de las murallas se situaban los arrabales, los barrios autónomos de judíos o cristianos, los lugares de esparcimiento y los cementerios. En torno a la ciudad se extendían las zonas de huertas y casas de campo.

Los edificios suelen ser de poca altura y están dentro de un trazado urbano laberíntico. Muestran gran sobriedad en el exterior reservando el lujo para los interiores. Utilizan materiales pobres (ladrillo, yeso o madera). Se da un predominio de los volúmenes geométricos, de contenido simbólico, destacando el cubo y la esfera. Los soportes son muros gruesos, columnas y pilares. Emplean gran variedad de arcos, destacando el derradura o el polilogulado.

Las cubiertas eran muy variadas, usando techumbres planas o haubedadas, siendo singular en Córdoba la llamada bóveda califal o de nervios que no se cruzan en el centro. La decoración arquitectónica abundante en los interiores, repite una temática de motivos vegetales, también llamada atauriques, formas geométricas entrecruzadas o lacerías e inscripciones en escritura cúfica (recta) o nasji (cursiva). El Corán no prohíbe expresamente la representación de imágenes, pero tampoco fomenta la incorporación de temas figurativos, así la escultura y la pintura islámicas son escasas, apareciendo tan sólo en ámbitos cortesanos y civiles.


Al-Andalus tuvo tres estapas. En primer lugar se estableció en Córdoba un emirato dependiente de Damasco. En el 756 Abderramán I constituyó el emirato independiente, cuyas fronteras alcanzaron la cordillera Cantábrica y los Pirineos. En el 929, Abderramán III constituyó el califato de Córdoba, que dudaría hasta el 1031, cuando Al-Andalus se divide en reinos taifas. Ante el avance cristiano, en el siglo XI recibiría la ayuda de los almorábides y almohades. Tras la cruzada de la batalla de las navas de Tolosa en el 1212, tan sólo quedará en poder musulmán el reino Nazarí de Granada.
 
El arte califal cordobés tomará elementos del arte romano y del visigodo. Muchas de sus construcciones se superponen sobre edificios anteriores utilizando materiales de estos como columnas, capiteles, etc. Asume sistemas de producción romanos y adoptan el arco de herradura visigodo. Del arte vizantino recogen el lujo y colorido de los mosaicos. Con todo ello se crea un arte de gran belleza y originalidad que se extiende por todo el norte de África.


En cuanto al arte de los reinos taifas, vemos como la debilidad del poder y la escasez de medios le incita a imitar la fastuosidad califal donde la sociedad constructiva se sustituye por una gran riqueza decorativo pero realizada con materiales pobres como el yeso. Los arcos se complican y entrecruzan y los muros con lacerías y auteriques.

De esta etapa hay que destacar la Alcazaba, como la de Almería y Málaga.



El avance de los cristianos y la rivalidad entre los reinos taifas, favoreció el dominio de Al Andalus por pueblos islamizados del norte de África: los almorávides y los almohades. Los almorávides generalizan la decoración de mocárabes, además de un tipo de residencia con jardines y estanques que son precedentes de los granadinos. En Andalucía se conservan pocos restos almorávides.

El dominio almohade dejó en Al-Andalus una profunda huella y una evidente unidad ocn el norte de África.
 En el arte se advierte una pureza de líneas acorde con la ortodoxia de la fé islámica. Construyen fortificaciones con torres defensivas o albarranas. Crearon una decoración característica conistente en un entramado de rombos que recubrirá los muros, y usaron la cerámica vidriada, los mocárabes, el pilar cuadrado, el arcod de herradura etc. También fueron expertos en el arte del metal. En el año 1212 los cristianos vencen a los almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa (Jaén) y aparecen de nuevo los débiles reinos taifas. El más importante será el reino nazarí de Granada. 

 La arquitectura nazarí se caracteriza por su perfecta integración en el entorno, por la sobriedad (pobre en decoración) de los exteriores por sus formas geométricas, puras, por la sabia combinación de espacios cerrados (edificios) y abiertos (patios) y por la profusa decoración de los interiores. 
 
Utiliza materiales pobres como el yeso y la mampostería. Los arcos de herradura, polilobulados, peraltados y mixtilíneos que con frecuencia se usan como decoración más que con función constructiva. Las columnas son finas y esbeltas. Una abundante decoración recubre los zócalos, los muros y las bóvedas con azulejos, yeserías, mocarabes o inscripciones poéticas.

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